Acudí temprano. Hice los procedimientos de rigor y después, la larga espera. Terminé todas mis lecturas; taché todos mis pendientes; dormité, observé a la gente... hasta que la puerta se abrió. Sin embargo, sólo era el preámbulo para lo peor.
Más registros, más preguntas hasta obtener el pase al infierno. "Planta baja, por favor, junto a la última puerta". Toqué despacio y con miedo. Me recibió una persona muy amable pero que detrás de sí tenía todo el arsenal. Interrogóme de nuevo, incluso los motivos por los cuales estaba haciendo eso. Llegó, por fin, la sentencia final:
-Recuéstate boca abajo.
-(Gulp. Suspiro. Resignación)
-¿Está frío?
-(NOOOO, ¿cómo cree?)
¡PINCH!
La aguja traspasó mi trasero...
¡Todo para obtener la primera de dos vacunas contra el tétanos! ¡Todo para poder usar la alberca de la UNAM!
(Está bonita, ¿no?)
No me gustan las inyecciones. ¿Se notó? Incluso mandé un SMS a mi programa de radio favorito narrando mi situación para encontrar un poco de solidaridad... ¡Y a cambio recibí burlas radiadas! Mi conductor preferido dijo "¿la antitetánica... es un apodo? Ah, no... ¡es la vacuna! Yo y mi mente retorcida". Bueno, al menos me hizo olvidar un poco la horrible sensación del líquido bajando por mi pierna.
El resto del día fue historia. Nalga dormida, una pequeña bolita y un dolor de cabeza.
Todo sea por chapotear y chapotear :)
2 comments:
Dios mío!!! yo también odio las inyecciones, una vez mi madre me dejó de hablar (tendría yo 16 o 17 años) por que cuando me llevó a inyectar, salí corriendo de la clínica subiendome los pantalones y gritando que no me dejaría inyectar. Mala puck por lo del conductor de radio, ahora hablale y mientale la madre al aire (bueno, no). Pero que felicidad por lo de chapotear y chapotear, ya hubiese querido yo que mi uni hubiera tenido mínimo cancha de fut. Un abrazo Ceci.
ps a mi me encantan, mas me gusta que me saquen sangre, es delicioso
gracias por tu visita!!!
eres bienvenida cuando gustes =)
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