24.5.07

Revire personal del "¿y yo por qué?"

La Jornada, 7 de enero, 2003... "Por la mañana (del lunes 6), durante la inauguración de la nueva sala de prensa de Los Pinos, cuando el mandatario recorría las instalaciones y saludaba a los reporteros, se apareció el subdirector de noticias de Canal 40, Roberto López Agustín, quien a gritos y mostrando una pancarta exigía al Ejecutivo su intervención para que "se respetara la ley". Sin voltear a verlo, Fox sólo exclamó: "¿Y yo por qué?".

No sé qué tiene que ver una cosa con la otra. Pero me acordé, a propósito de que el sábado pasado se cumplieron dos años de la consumación del despojo de la señal del Canal 40, que todo ese robo bien se resume en la frase que Fox espetó al que siempre distinguré como mi maestro en el periodismo.
Pero ese no es el punto. Simplemente ahora estoy en una etapa de negación. No, no y no. Y aplico el "¿y yo por qué?". No voy a hacerlo. Ni una llamada, ni un mensaje, ni un mail. Ni madres. Parece que los días no existieron, que las cosas nunca pasaron y que por eso no debe haber ninguna búsqueda. Mi lógica y mi corazón, como El Borras, me gritan que lo haga, pero esta vez mi orgullo es mayor y lo voy a dejar hablar, que me guíe. No. Ni madres. Y no de nuevo. Simple y sencillamente porque en este mundo hay una cosa que se llama re-ci-pro-ci-dad... Porque yo ya di lo que tenía e hice lo que tenía que. ¿No hay respuesta? A la chingada. Hasta nuevo aviso.
Me declaro en postura bartiana, cuando la familia está en Marruecos y el chico Simpson ve a un contorsionista andar hecho bolas, de un lado a otro: "I can do that, but I don't wanna".

Don't want you in
Elan

I wonder if I've lost it/And I wonder how/I've been here all day/But this feeling won't fade
Last time I saw you/I got all choked up/And I forget you never cry/But I think this time you might
Cause you owe me more than you will ever know/And I was just thinking it's time to let go
Cause I don't want you in/Something you can't begin to understand/No I don't want you in
Something you can't begin to understand
So I lie on my bed/And I dim the lights/You know I'd rather be out instead/I wish I had somewhere to be
I liked you more when you liked me/Was that too much to ask/You got too good at lying to me
Did you think that I'd be happy
Cause you owe me more than you will ever know/And I was just thinking it's time to let go
Cause I don't want you in/Something you can't begin to understand/No I don't want you in
Something you can't begin to understand

13.5.07

La resaca de Tunick

Una semana después, con la euforia diseminada y el morbo aplacado. Ahora sí les va "mi veldá" sobre mi participación en el desnudo masivo del domingo 6 de mayo. Muchos ya lo saben, otros no, pero esta experiencia cambió radicalmente a partir de que hubo prueba consistente de mi desnudez pública... que aquí les pongo y, a la vez, les dejo este texto, que salió en MILENIO Semanal. Disfrútenlo como yo lo hice :)


Foto: Claudia Guadarrama, MILENIO.
Se vale jugar a buscar a Wally...

3.5.07

Te extraño a madres

Desde hace semanas que no estás en mis jueves y me haces mucha falta. Eres como esa cosa rara que nunca tuviste pero cómo te hacía feliz. Como un libro hermoso lleno de fotografías o un suéter calientito que además se te veía estupendo. Ambos, prestados. Pero tú ni eso. Y aún así ya eras parte de mi vida. No puedo dejar de pensar en que la última imagen que tengo tuya es sonriendo... ¡aunque no lo creas! Te estás levantando las agujetas de la sudadera y parece que vas a brincar como un chapulín. Y desde ahí te esfumaste. Te veo de lejos, no me sirve. Me quiero acercar y temo salir lastimada. Asumo que ese que eras ya no existe. Las razones no las sé, porque como todo lo que te pasa, te lo quedas, lo machacas, le das vueltas como bola de estambre que en un momento te aplasta. Uno sabe lo que siente uno y jamás lo que pasa por la mente del otro salvo cuando es de su boca. Éste es el caso. Quisiera abrazarte como esa vez, ¿te acuerdas?, que platicamos en casa hasta la madrugada, de mil pendejadas. Y yo estaba recargada en tu panza fría. Sin ninguna felicidad (efímera pero intensa) próxima. Y que me dijeras aunque sea en clave, fiel a tu costumbre, por qué ya no pateas mi cajón, por qué ya no pintas osos en mis rodillas ni cantas una canción sobre una linda muchacha; ¿dónde está esa alegría que indirectamente también era mía? Eres, como he dicho, de un tiempo que no volverá jamás... De ese tiempo que estaba profundamente y sin miedo enamorada. Me quedo, ahora, sólo con esos recuerdos que no le presto a nadie; ese suéter calientito y ese libro de fotos imaginario hacen que todas las noches te extrañe a madres. Hoy hubiera querido que fueras al cine conmigo. A decirnos nada. Salir y vernos con cara de no conocernos... Pero sólo encontré la lluvia y un atardecer en el espejo retrovisor. Y de ti, la memoria de unos ojos soñolientos en la madrugada de un día que no me acuerdo en un lugar que está muy lejos.