26.10.07

Tronó

Que esto me sirva de lección...
Una vez, viendo Sex and The City, en el capítulo donde Carrie pierde toda la información de su computadora, me dije: "si un día te pasa eso, te das un tiro"... pues bien, ese día llegó y si bien no me he disparado, al menos ya lloré y ya me dio toda la rabia posible, primero, por haber sido tan DESIDIOSA y no haber respaldado mi información (lo que más me duele son mis fotografías, snif, snif...) y segundo, por no tener a un tío tan guapo como la Carrie que me dijera... ves, te lo dije (bueno, esto es broma... pensándolo bien, el tío guapo sí me dijo "te lo dije"... cuando ya todo estaba perdido, pero bueno, ni siquiera es mi wey, porque... bueno, ya estoy divagando :p).
El punto es que en ese disco duro tronado y formateado del que mañana iré a recoger sus despojos, se fue un año largo y, sinceramente, no muy bueno de mi vida... quizá inconscientemente no me siento tan mal de que todos esos escritos de necedad, de amor flagelante, de conversaciones de MSN sin sentido que me hicieron ilusionarme falsamente o bien, de todas esas auto reflexiones que de todas maneras no aplicaban, ya sean únicamente parte de mi memoria. Y, sobre las fotografías, aunque hay unas totalmente irrecuperables, al menos esos momentos los tengo en mi cabecita (ahí le concedo cierta razón a mi amigo Marranex: las fotos que más te interesan son las que guardas en tu memoria)... y bueno, las que más, más, más me gustaban, pueden verlas en mi Hi5. En fin, el lunes compro mi disco duro externo. Y de lo demás, espero tener el valor, algún día, de decirte en la cara todo lo que te escribí y que se fue en esa pinche carpeta. Aunque... como eres todo menos tonto... ¡como si no lo supieras!

16.10.07

examen profesional de petatiux


Lisa: Bart, having never received any words of
encouragement myself, I'm not sure how they're
supposed to sound. But here goes. I believe in you.
Bart: Thanks, man.
Aunque sé que dudas que pueda ser un hecho, que valió la pena o que quizá no diste lo mejor de ti, titularte es algo único. Neta. Y como no tendrás un examen profesional como tal, me instalo en un sínodo inexistente para decirte lo que cualquier profe diría de un sustentante como tú.

"Entiendo que como estudiante, desde tu perspectiva, diste lo suficiente y cuestionaste lo intrascendente, pero siempre aprendiste lo que consideraste necesario para tu desarrollo profesional, ése que a diario aplicas y que, aunque no lo veas, consolida y hace que la labor de otros sea más destacada. Con eso es suficiente para considerar que eres un digno representante del saber universitario, del ser universitario y de amar y poner en alto el nombre de la UNAM en cualquier terreno que te desarrolles. El de hoy es sólo un paso en el interminable proceso de aprendizaje y de retroalimentación, del cual espero que nunca te sustraigas. Me da mucho gusto nombrar 'colega' a alguien de tu calidad académica, pero especialmente, de tu integridad humana. Felicidades. Sólo tendría una pregunta: ¿de verdad consideras a la infografía un género periodístico?...".

En fin, este choro es sólo para decirte cuán orgullosa estoy de ti. Te lo dije hace un rato, pero creo que ya estabas mucho más dormido que despierto. Ojalá conserves estas palabras con el mismo aprecio y cariño que te tengo. Que conoces lo sincero que es.

Futuro licenciado, de aquí, para adelante.

4.10.07

Moisés Guadarrama (1951-1996)


Once.
A las 11.41 de ese viernes nublado, en el que fui a dejarle a mi amigo Jonás un libro de psicología antes de regresar a ver tus últimos instantes de lucidez. Donde tu boca ya no emanó ni una palabra, pero tus ojos dulces y un apretón de manos fueron tu despedida, tu paz, tu 'no nos debemos nada'. Donde tu mujer te lloró, abrazó y te decía "Papi, te amo, no te vayas". Inhalaste profundo, un quejido que no sé de dónde vino. Y ya.
El descanso eterno.
En unas horas iré a verte hasta tu casa. Tan serena, tan tranquila. Junto a un lago fake y un bosquecito en la nada, en el pueblo de tu amada, de tu Patotas. Donde me querías enseñar a manejar y estúpidamente choqué el Volkswagen de la familia con un camión de redilas. Llevo flores y una nueva luz y una perrita a la que habrías adorado como a la Anamuñe, que tan triste bajaba sus orejas y aullaba, amarrada al árbol vecino, sin entender por qué ese día, hace 11 años, te sacaron con las patas por delante.
No es tristeza, es nostalgia. Te recuerdo todos los días. Cómo no hacerlo si ahora tú y yo somos los únicos sobrevivientes originales en esta casa de adobe desvencijada en apariencia, pero fuerte y sólida como todo lo que me enseñaste en el tiempo que fuiste mi padre, mi amor gigante. Al que vi hace poco en unas fotos rescatadas de los rollos del mar muerto. No hay día en que no pase algo con lo que te relacione: las Chivas, tus dichos, la cerveza, The Beatles; lo mamona que me he vuelto con las minucias de la casa. Decir "Moy" sigue siendo un vocablo natural en mi vida y lo será aunque pasen otros mil segundos, días, años, eternidades.
Papito, extraño tu presencia. Pero amo que hayas sido quien fuiste. Pronto nos veremos y volveremos a decir: "Pinches Chivas, pueden ir ganando 99-0 y a la mera hora les ganan 100-99".
Un bo. Otro bo. Muchos bos.