Sólo se escucha cómo afilan sus machetes

Ahora sí, estimados, no hay marcha atrás. Ese 2006 por todos tan temido inicia mañana. No hay más precandidatos. Ahora todos son los buenos. Nada, sin embargo, nos hace esperar un proceso civilizado, que al terminar se legitime al ganador.
Los cuatro candidatos a la Presidencia mexicana estarán expuestos hasta finales de junio en todos los medios. A cada momento. Cada palabra, gesto o insinuación podría ser crucial; en unas semanas se sabrán también los números de arranque y quizá sea la puntilla para la primera confrontación fuerte entre ellos.
Si comparamos la situación que había hace un año, polarizadísima por el desafuero de AMLO, la indefinición de Creel y la simulación entre los precandidatos del PRI, la de ahora está hasta de flojera. Pero que eso no nos engañe. El aletargamiento que provocó la machacadísima "tregua electoral" es la calma que antecede al huracán. Viene fuerte. Está cañón.
Es el momento en el cual estos tres sujetos (y dama --o botarga-- que los acompaña) van a demostrar quién tiene mejor oficio político... bueno, no, mejor capacidad para caer sin ensuciarse de tanta mierda.
Siempre he dicho que esta elección confirmará la verdadera transición. Más incluso que la del 2000; lamento verdaderamente que no sea en los términos que se dio en Chile, y que otrogó el triunfo a Michelle Bachelet (hoy por hoy, la política más admirada en América Latina... que de paso le quitó los reflectores a Evo Morales).
Aquí será con la técnica del lodo, del machete, de la pendejez.
Pero hay que estar pendiente, no dejar pasar ni uno solo de los machetazos.