Nuestro amigo quizá sintió el vacío de una vida de perro y decidió poner fin a sus siete vidas (ah, no, esos son los gatos) arrojándose no del Metro --porque no lo dejan entrar--, sino desde lo más moderno de las obras viales de esta ciudad: el Distribuidor Vial.
Lo que me hace suponer que no era una especie de suicidio colectivo es que, de acuerdo con las informaciones periodísticas, se trató de varios. Cual jauría.
Para nuestra buena fortuna, todavía queda gente buena en esta ciudad, que los puso a salvo... quizá para que las elegantes defensas de sus coches no se mancharan de sangre que no es azul.
El café tal vez era el líder de esta acción. Un Charles Manson perruno
Sí. Era el que partía el queso...
(Fotos tomadas de www.reforma.com)
Chéquense todo el drama aquí: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=73452&tabla=ciudad_h
1 comment:
Que divertido es el DF!!!!! Nunca quiero manejar cuando voy para alla, y ahora tengo una razón mas, no solo tendría que luchar contra los desalmados conductores y microbuseros, sino tambien esquivar perros en el periferico y por si fuera poco, saber en que eje voy para no perderme. me agradó tu lugar, esta chido.
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