Hasta siempre, GHD

Todos tenemos un amor intenso que ha quedado en el pasado. El mío, el primero de verdad, fue hace 10 años. Morenazo. Nariz de ratón. Raro. 2 meses. Me dejó. Lo padecí. Me levanté. Lo amaba.
Casi diez años después... cómo me da gusto haberlo superado.
Del baúl de los recuerdos, "azotadeces de una adolescente"

Enero 12, 1997.



He visto la Luna desde tu ventana, me he refugiado de una fría noche entre tus brazos; te he contemplado desnudo y mis dedos han recorrido toda tu anatomía.

Hoy, hoy te extraño.

Prometí no abrir esa caja donde te he enterrado y he sepultado todo lo que sentía por ti, pero no pude. El enfermizo placer que me provoca mirarte en mi recuerdo logra más que mis ganas de olvidarte en otros besos.

Te sigo extrañando...

Quisiera que me hicieras el amor con ese odio inexplicable que ahora me tienes, con toda la fuerza que gastas en tratar de darme celos. Desearía que la amarga cerveza alguna vez compartida nos embriagara, nos acercara, nos matara a caricias y finalmente nos librara al uno del otro.

Pero es inútil... aún te amo.

Daría mi alma por que nada de esto hubiera sucedido; que ni tú ni yo nos hubiésemos conocido, ni siquiera que nos hubiéramos visto. Que ni tú ni yo hubiéramos vivido, para no habernos hecho daño.

Ya qué más da aceptarlo, te necesito.

Las voces de mi cabeza me dictan que debo matarte, que debes desaparecer de mí; mi corazón día a día te alaba como el ángel de fuego que eres... sublime: la estrella más lejana, la joya más costosa, la prueba más difícil, la flor más venenosa, la carretera más peligrosa, la pesadilla inalcanzable, la huella imborrable.

Así eres tú.

Ya somos historias ambiguas: tú te pierdes en el tiempo y yo en la rutina. Los lazos que nos unían se están rompiendo; nuestros amigos son extraños y nos vamos extinguiendo como una llama débil sin el cuerpo que le da el fuego. Nuestro libro se ha cerrado, pues nuestra página hemos completado.

Sólo deseo decirte algo, águila de fulgor en los ojos: vuela sin mi sombra, sin mi vida y sé eternamente feliz. Pero llévame siempre en tu pecho, que cuando yo muera, una de las últimas copas que beba te la dedicaré a ti.

Ciego amor...