2.6.08

P4KO

Estábamos destinados a esto desde el día que apareciste por esa puerta y te arranaste en la computadora donde daba más la luz de la ventana.
A que fueras mi pelo de gato y yo tu hobbita. A que "echáramos humo" cada vez que podíamos huir de esta rutina infame o incluso pichar los cafés, las comidas, las chelas.
Una dinámica que nació, se hizo rutina, cambió y ahora tiene un sabor a bella nostalgia. A cuando caminamos por la nieve en Canadá o se largaban de la cueva hasta la madrugada.
Escuchaste mis debrayes sentimentales, los sigues escuchando, entre lágrimas... ¿te acuerdas cómo me consolabas por quien no puede ser nombrado, por el que vive lejos, por el de los trazos; todos y ninguno? Tu respuesta siempre era la misma, llena de optimismo escondido entre el humo de tu cigarrote y tus patas gigantes trepadas en las sillas de metal de la Zona Cero...
Por ti fumaba más de la cuenta. Por ti, que tuviste la paciencia, tuve valor frente al carro y me llevaste por Tlalpan con sabias palabras. Por ti yo también aprendí a leerte; detecté de inmediato el click con la Marieta en Coyo y después, por la premiere del Laberinto del Fauno. Y la emoción post-Morrisey. Me siento cómplice de su felicidad, hermana de su amor, más desde el día de la marcha donde estuviste a punto de quebrarte porque sentías que el mundo se te cerraba.
Éramos cuatro, en un tiempo cinco; luego fuimos tres, después dos, luego yo. Me sentí desamparada cuando te fueron. Pero nunca dejamos de ser dos y poco a poco somos tres de nuevo. ¿Seremos de nuevo todos juntos? No lo creo. Pero eso no me interesa. Son días que no volverán jamás... aunque me quedo con los que vienen. Es cierto, el hecho de que ya no te pueda pintar dedo y cremas de un extremo a otro de la redacción hacen que ahorita esté llorando por esa nostalgia. Mas sé que si te grito "¡¡¡Huevooooosss!!!!" en el MSN, ahí estarás para contestarme y preguntarme "¿qué haciendo, cómo estamos?".
Risa encantadora. Amigo inexplicable. Cena de fin de año en Montreal. Partidos de Pumas. La mejor pareja fotogénica que he tenido. Te vi salir del lodo. Te veo amar como nadie a esa mujer extraordinaria que cada vez que te ve se desarma. Quiero seguir escribiendo tardes y noches de alegría contigo.


¡¡¡Felices 30, pelo de gato. Pinche Pacastor, te adoro, menso!!!!

4 comments:

Anonymous said...

que lindo post.
amistades así valen la pena hasta el final...

un besote

Miguel said...

mija si tienes algo... enviamelo porfa a mi email

gracias de antemano, mlazalde79@gmail.com

cris... y nada mas said...

aah pos si es asi se adorable.. felicidades xD

Mossesa said...

X fin... un hermano mayor.
Me alegra mucho.Besitos.