Ahí voy de nuevo a caminar con el corazón entre los brazos.
A respirar, a tratar de entender.
Releer y darme cuenta.
A buscar entre la gente un rostro de viento, que me diga que no me caiga, que esto pasará y volverá a pasar.
Porque así es.
Porque así ha sido siempre: desde ayer, desde hace meses, desde hace años.
Me siento como la Violeta ausente... Run Run se fue p'al norte...
Entonces... no queda de otra.
Caminar y volver a entender el camino.
No me interesa dejar migas de pan. Los perros se las comen.
Me interesa dejar mi resto, como siempre ha sucedido.
En donde todos tienen razón, menos yo.
Pero en donde yo, con mi vehemencia, decido.
Y donde en mis noches de desvelo seguiré soñando
en que esto es posible.
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