No tengo el mejor sentido del olfato del mundo, lo admito. Pero hay aromas que me pueden hacer soñar. El olor a tierra mojada del jardín frente a mi casa. Los chiles verdes friéndose, como preámbulo para los frijoles refritos que solía cenar de niña. La vainilla para un licuado de plátano. Cerrar los ojos y una combinación de cigarro y Coca Cola con ron (no me pregunten cómo lo detecto) es remitirme a las fiestas de mis padrinos. Y el de pinturas y solventes, al taller de El Maestro en casa de Juli. La loción de botita de Avón (jajajaja) de Germán. El olor a zapatería. El aromatizante de manzana y canela en la casa y el cuarto de lavado del departamento en Montreal.
Absurdas asociaciones a los momentos más felices de mi vida.
2 comments:
X mucur
esta parece tener algo de revelacion...
lo del olfato
tambien me pasa, pero en mi ceguera todo tiene explicacion, a mi los olores me traen recuerdos de lugares, generalmente las casas de mis amistades
Los olores sí que son algo especial. Hay que dejar que el olfato vuele y usarlo siempre!.
La memoria asociada a recuerdos es algo extraordinario, tu puedes no tener idea pero hay recuerdos que están ahí en tu cabeza, en algún cajonsito y,
cuando el aroma llega a tus narices todo se desencadena.., ahhh que fantástico cuando eso ocurre...
razón tenía doña celia cruz con eso de que "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", jajaja...
Que tengas buena semana, chica ;o)
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