12.1.08

Victoria y Revillagigedo

Fue una estupidez, sí. Como muchas que he cometido en estos años. Imprudencias casi todas. Y sé que no fue tan grave como la concibo en mi cabeza, pero nunca me ha gustado llevarme a nadie entre las patas. Debí haber frenado. Debí haber evitado el susto de mis acompañantes, de ti. Pero el haber, el hubiera es la conjugación verbal de l@s idiotas como yo. El vocho terminó ladeado subido en la banqueta; mi auto siguió caminando. ¿Están bien?, fue lo único que salía de mi boca. Ellos sí; tú también. Un golpe en la cabeza. Todo bajo control. En chinga a ver al del otro auto. Tras un susto inicial, él se movía y todos estábamos en la lógica de un choque automovilístico. Patrullas, papeles, llamadas (fallidas) al seguro; que siempre no. Que hay que mover a tus amistades. Que me va a salir en una lana. Ni pedo. Tú golpeas, tú pagas y te chingas. Y nada pasaba en mí. Serenidad… Minutos de espera a la grúa, porque nada de MP -¿para qué?-. Cigarros (justamente minutos antes habíamos comprado dos cajetillas). Calma, sí, pero poco a poco empecé a reparar en mi propia estupidez… estupidez, estupidez, estupidez, estupidez… Y llamar a quien a su modo me puso un cague. Ellos se fueron, tú te quedaste y pensé en todo, en que quizá no debiste estar allí. Pero estabas y sólo quería que me apoyaras a mi manera. Pero lo hiciste a la tuya y es de esas cosas que no termino de comprender. Sé que todo está bien, que los fierros se enderezan. Que todo pasó ya, pero no puedo evitar sentirme triste. No por el accidente pero sí por sus consecuencias. Que no tienen nada que ver con un auto en el taller o mi miedo a volver a tomar el volante. Tienen que ver contigo, con que no sé qué día pueda a volverte a tomar de la mano tibia, cuando me dejen de temblar las piernas…

3 comments:

Chinísima said...

De amores y manos tibias hace tiempo que no sé nada... De autos y choques... ¡Menos!
Por eso cada vez que mi padre me "invita", me "exorta" a aprender a manejar para que me preste su coche, simplemente, me niego.
En fin... Que este sea un excelente año... ¡Abrazos!

Anonymous said...

Ya sabes quien soy, y lo único que me gustaría decir es que no me gusta como abordas el tema, porque creo que más allá de lo ocurrido planteas lo que se desencadenará de esto y sabes, no creo que haya ningún cambio radical al respecto, ya te lo dije y te lo repito: relajate que esto afortunadamente fue cosa de lana, que se resolvió con dinero, no hay algo que lamentar,bueno si, las lagunas mentales que ahora tendré por el impacto, pero bueno, eso ya será mi rollo.

Capi said...

Pues tu lo dijiste, lo importante no son los fierros doblados, es la piel y la sangre, y de eso afortunadamente nada se rompió... Ánimo que siendo mi amiga chingona del DF las cosas te van a salir chingonas. Besos.