La nieve es chida, aunque tienes que salir todo enchamarrado, nada se compara al sonido de tus patitas pisando ese tapete, sintiendo en tu lengua los copos (que sí son como en las caricaturas, jaja). Caminar. Un gran ejercicio que ahorita me está pasando la factura con una rodilla que ya no soporto... Pero qué diablos, caminar por Saint Catherine, el Metro de Montreal, por afuera de sus edificios (Notre Dame, Saint Joseph, el Parque Olímpico...) es inigualable... Además, si tienes un departamento como en la que nos quedamos, está poca madre.
Además, si tienes la compañía de amigos tan increíbles, con los que puedes ser la más ordinaria y a la vez, la más intolerable, y que aún así te quieran y se rían contigo; la convivencia se pone a prueba y todo resulta más fácil. Caminando por Toronto se los dije, medio en broma pero mucho en serio: conocerlos me cambió la vida en un sentido positivo. No puedo decir si éste será el primero de muchos viajes, pero sí que es una de tantas experiencias que he tenido y que tendré con ellos. A Paco y Emiliano, gracias. Por todo. Ambos saben a qué me refiero...
Canadá también es un sitio donde puede convivir sin broncas la naturaleza... y el shopping. Las vacaciones de pudientes que nos dimos no tienen punto de comparación: comprar y comprar en el Boxing Day (las rebajas después de Navidad), ir a un partido de la NBA, rentar, sin querer, ¡una Ford Explorer para ir de una ciudad a otra! Conocer las cataratas del Niágara, haber querido esquiar (pero el mal clima y nuestro propio miedo lo impidió)... en fin, son esas cosas donde te das cuenta que tu chinga cotidiana sí vale la pena...
4 comments:
aay ke feliiiz te ves!!ke rica se ve esa nieve.. yo vine a NY buscando nieve y hace un clima ke hasta sin sueter puedes andar :( buuu que triste
ke bueno que te diste el lujo de pasearte :D
empezando bien el ano viajando para viajar mas... saluditos :)
Harto gusto que me da leerte así. Verdaderamente se ve que lo disfrutaste. Salud entonces por este nuevo año!
chida fotos =D
Chale, que envidia me das, malvada.
Que lo que venga sea siempre así de fregón.
Un hobbit envidioso.
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