19.9.07

Gabjan o el fallido mensaje de paz

Me acuerdo, no me acuerdo. ¿Qué año era aquél? El día, perfectamente lo tengo en la memoria. Un cine en Coapa. La peli, de drogas y madurez prematura. Un beso, rarísimo. Y huiste porque, según tú, tenías muchas ganas de ir al baño. Nos pusimos antes de acuerdo, por teléfono (el chat estaba en embrión). Y de ahí, p’al Real. Cuatro años intensísimos. Los de la Universidad que, aunque piso sus pasillos dos veces por semana, siento ya tan lejana y tan ajena. Ya me acordé del año: 1997. Hace diez. Y dos días… Un diecisiete del mes nueve del año noventa y siete, escribiste en una de las cartas que tengo guardadas en una caja que acabo de abrir y que temí leer. Me temblaron las manos. Postales de tus viajes, de tus vivencias, de lo que compartiste de tu vida conmigo, que siempre ha estado tan inmersa en conocer, en saber y en entender.

Ahora soy yo la que trata de reconocer, de entender, de buscar ¿perdón? No sé si sea la palabra; quizá el concepto es paz. Fuiste tan determinante cuando yo decidí cambiar de aire, de persona, de labios y de perspectivas. Ni él ni a ti les regateo su lugar. Pero él ahora no importa. No para los efectos de este mensaje kármico. Diez años ya. Seis de nuestra última conversación. Y entiendo que para ti, para tu vida, soy un capítulo enterrado hasta lo más recóndito del desierto. Donde ni el viento ni la lluvia ni un terremoto me saquen. Pero es muy curioso cómo lo que fue lo distinto de nuestras vidas invariablemente nos vincula. La academia; ese hobbie que a la mera hora tú continuaste y a mí –como siempre– me valió madres y en mi inconsistencia, boté. Vivir a una avenida de distancia. Ciertos conocidos en común. El inexorable pasado.

El Hi5 es una maravilla. Y gracias a él, y a conversaciones esporádicas, sé cómo estás. Que hay cosas que no cambian: tu sonrisa enorme y tus inmensos ojos de girasol. Tus padres, siempre tan respetables. El amor (ese que decíamos era un capricho) de tu hermano (Cristo de Coyoacán) y la Tormenta de Pasión. Tu formalidad sempiterna hasta para echar desmadre. Tus coches rojos y azules. Lo bien que te ves en traje. Tus granitos en la cara pese a que eres casi un treintañero :p… Tu sorprendente avidez por el conocimiento, que ahora compartes con todo aquel que lo desea. Que, pese a que nunca fueron parte de mí, sigues sosteniendo entrañables amistades con gente como Norma o Mariana, de las que me contabas anécdotas. Veo, en síntesis, que no has cambiado. Y es para bien. Sigues siendo esa estupenda persona de la que estuve enamorada.

Y en esas constancias pero también en aquellos pequeños detalles que te han modificado, me veo y me da miedo. Ver cuánto cambié y qué tan igual soy a esa “vaca” que te llevaba sándwiches y yogures de limón a la escuela. Que te llamaba a tu casa y a la que le daba pánico que le contestara tu madre… (aún me sé tu teléfono de memoria). Que sigue obsesionada con el futbol. Que desearía platicar contigo, saber qué ha sido de ti sin necesidad de que medie una tecnología que puede ser tan cruel como impersonal. Que sigue teniendo entrañables cuates que alguna vez fueron tuyos. Que tiene terror de que la mandes a la chingada, porque sabe que no será de otra manera. Porque no puede ser distinto, porque tú no lo eres ni yo tampoco. Seguimos siendo los mismos escuincles babosos de hace diez años, sólo que más viejos y –al menos eso creo– un poco menos idiotas.

¿Por qué me dio por escribirte? No sé. Igual, como decía más arriba, es por karma. Porque si vieras lo que es mi vida ahora como una de nuestras eternas discusiones, me dirías: “¿lo ves? Te dije que tendría razón y no me has hecho caso. ¡Ja!”. Y le pondrías punto final. Pero, lo siento, no puedo dar marcha atrás y pedirte perdón. Fue una circunstancia que debía suceder. Hay que crecer y trascender. Sé que contigo el costo es no volver a hablarte como antes; ni modo. Lo asumo. Porque las grandes vivencias se pagan con enormes sacrificios, como ha sido no contar contigo en mi vida nunca más.

Decías en esa hoja fotostática de psicología y comunicación: “No sé si algún día llegues a leer esto, pero de todas maneras quiero que sepas que te aprecio muchísimo (…). Tampoco sé hasta cuándo seguiremos así, pero has de saber que, mientras ha durado, ha sido maravilloso. Si algún día esto termina, seguiré diciendo que, contigo, viví de los momentos más felices de mi vida”. No sé si aún lo creas. Yo sí. Ojalá algún día tenga el valor de decírtelo en persona. No pasa de que, en tu cruel sinceridad, digas: “ah”, te des la media vuelta y las cosas sigan como si nunca hubiéramos ido al cine en Coapa, como si nunca nos hubiéramos besado en la contraesquina de La Espinita. Como si nunca hubiéramos ido a comer a McDonald’s… En fin, como si Gabjan no hubiera conocido a Mishagoc.

Te deseo felicidad y éxito. Te quiero.

***
¿Y en qué acabó la historia? Pues nada, que estaba muy resuelta a mandarlo como mail del Hi5... Ya había controlado ese hijueputa vuelco del estómago... ¡Y pum! ¡Que tiene bloqueado el envío de mensajes! Más claro, ni el agua... ¿no?
En fin... Acompaño esta historia de madrugada con una rola que, no sé por qué, me lo recordó...

11 comments:

Dantés said...

"Te pareces tanto a mí..." jijiji
Ay mishagoc, pues primero, perdona la ausencia pero bien sabes que he andado como calzón de puta. Segundamente, te entiendo rebien y me da harto gusto que después de tanto, te ayudes a cerrar círculos como ese. Sólo así avanzamos "mi entrañable amiga" correspondida :) Aun hace poco hice cosas parecidas hasta que me enteré que alguien vive con mi ex alguien... y como volvió a decir Sábato: "el destino siempre nos conduce a lo que teníamos que ser". Abrazo harto fuerte.
P.S. Recomiendo envíes ese mensaje por mail sin esperar nada, más que tu liberación.

Anonymous said...

Alguien tuvo a bien darme esta dirección y con sorpresa me encuentro contigo y con este texto. Me dio nostalgia lo que le escribiste y de igual forma me hizo recordar los buenos momentos juntos. Es difícil hacer aún lado a alguien que ha significado tanto para ti y más difícil aún es alejarte de personas que valen mucho. Yo siempre he estado en contra de arreglar amistades rotas, creo que cuando alguien sale de tu vida es por alguna razón importante, presente o por venir, sin embargo cuando alguien se va y te deja un vacío que duele, creo que también es justo preguntarte ¿por qué? y ¿por qué no?. Me da gusto saberte bien y saberte creciendo, no puedo desearlo de otra forma.

Atte.
Adrián de la Tejera V.

Frodo said...

Zas

El Dragon Azul said...

Me causa mucha curiosidad seguir leyendo lo que escribes... regersaré a leerte muy seguido...

Capi said...

Tómala barbón! El domingo nos toca ver la primera victoria de los rojinegros! Besos.

Anonymous said...

Lo que mas me gusto de tu post fue aquello donde escribes:
"Porque las grandes vivencias se pagan con enormes sacrificios, como ha sido no contar contigo en mi vida nunca más".
Yo también lo he sentido,solo que no podía expresarlo tan bien como lo haces tú.
Felicidades y Enhorabuena,me late lo que escribes.
La ragazza

Wolfgang-bang said...

Ps ke digo... mejor no digo nada... De una manera ú otra extraño mi boina... u know why...

Pensaré seriamente en contactar a dog face..

Nop pa ké... la felicidad que en éstos momentos me invade impide rascar en reskicios ke mi mente ha enterrado...

Disfruto el presente...

Jessica Sosa Echagaray said...

gulp!
pues si es quien pienso (¡ash, cómo no va a ser quien pienso!), ese testarudo-habla-y-escribe-bonito, yo que usted seguia solo con el recuerdo, que es de esos seductores pero peligrosos, y que te revuelven la panza bien rico porque quieres ir a buscarlos pero a la mera hora no lo haces, y pasa y pasa el tiempo y a veces te da la impresion de que te gustan porque si los tuviste, ya no regresaran.....
atte
jessica masoquista
p.d. yo tambien tengo a mi tormento, remember???? anda precisamente por aqui

Anonymous said...

Gulp!!!
Carissima O'Shelly, questo é stato fortissimo. Ma so che hai il coraggio per sorridere anche se questo é magari piú forte di quello che le parole possono raccontare tra di se.
"Porque las grandes vivencias se pagan con enormes sacrificios, como ha sido no contar contigo en mi vida nunca más".

Uno no viviría grandes vidas sin las grandes cosas que uno hace en la vida. Es una maravilla toparse con grandes personas, aunque no las tengamos siempre en nuestras vidas.
Un abbraccio forte, forte.
Patitas.

Stefie said...

Guau, me llegó al corazón lo que escribiste. Te entiendo, aunque para mi el adiós me está sabiendo apenas y aún no me llegan la nostalgia.

Una vez, luego de mucho tiempo, le confesé a alguien que me gustaba (siendo que ya no me gustaba) porque por diversas circunstancioas el ciclo quedó sin cerrar. Fue liberador.

También creo que debes enviar el mensaje.

Un abrazo

Detective en apuros said...

Caramba...

Hace diez años, en la universidad, hace tantos cines, esquinas, coches, salas. Hace siete que decidí cambiar de labios, hace seis que no hemos vuelto a hablar.

Qué ganas de escribirle.