2.8.10

Julio visto desde la orilla de las nimiedades

A Victoria.
A Javier Canales, Héctor Gordoa, Alejandro Hernández y Óscar Solís. Están vivos y libres.Que no se repita.


Viví este mes, quizá estos últimos diez días, a prueba de enterezas. Sosteniéndome de quienes con un abrazo lo dicen todo. Dándome cuenta de que el amor es un fantasma de neón y refrendando que lo único valioso son dos conceptos tan mancillados en estos momentos: la salud y la libertad.
Me explico (¿en verdad?)
Los equilibrios naturales de la vida, las personas que siempre están ahí, los actores de carácter de tu life movie; cuando se quiebran, te resquebrajas, te entiendes vulnerable y sobre todo, inmensamente solo.
En este caso se pudo resolver a punta de sangre, de mimos y de un seguro de vida. ¿Y cuando no? ¿Sucede como contigo, que te vas y ya?
Y sobre lo otro, el sencillo acto de poder hacer tu chamba con las mínimas condiciones de seguridad. Cualquier cosa que eso signifique. Hoy es el colega en una tierra caliente; mañana, cualquiera de nosotros.
En esta profesión escribes historia y cuando te toca involuntariamente ser parte de ella es muy jodido, porque ahora protagonizar la nota implica que te mueras o que te secuestren o que te callen o que te intimiden.



Después de esto, cualquier cosa es nimiedad.
Nimia tu anulación, nimio que seas un fantasma que sólo se mueve en los recuerdos de las letras; nimiedad que vengas tres minutos y te vayas tres meses. Nimiedad haber perdido el corazón en un cuarto de hotel. Todo es nimio cuando se trata de llorar de repudio y de impotencia.
Porque todo, ahora, en este mes, en el sentido figurativo y real, se ha resuelto a punta de sangre. A punta de esperanza.

1 comment:

BleuHimmel said...

T__T ... there's allways hope pushing up
eclosionando las alas que jamas existieron