Luego viene lo más melancólico. Regresar al punto de donde huiste porque querías saber si "eso-de-estar-tan-lejos-es-lo-que-realmente-quieres"-
Entonces te cae una lápida como las que has visto esta mañana, finamente tallada: las distancias son las distancias y no ha lugar a debate.
O_o
Auch!
Esa y otras cositas dan al traste con tu ánimo.
No así compartir el auto, la risa, el gusto por la música; el bello gesto de leer "Las vacas de Quiviquinta" como resumen del gusto por compartir todo lo que sabe, lo que ha visto y escuchado en sus envidiables recorridos por el país.
Y vuelvo, volvemos al kilómetro cero: me gusta la distancia, pero más el encuentro. Esa es, quizá, la vida que deseo. La de ir en pos de una ilusión y regresar con el recuerdo.
(Gracias, Ces).
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