1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Antes de escribir sobre este confuso, triste, mezclado estado de ánimo que me hizo salir de la cama después de un extenuante e histórico día de trabajo (lo dicho: el periodismo da esa oportunidad de vivir y contar simultáneamente la historia), creía perdido el significado de la palabra esperanza. Se me fue en una bofetada de sangre. El guión dictaba un día de fiesta, sí, de una realidad lejana y que quizá no modifique demasiado nuestra situación actual, pero fiesta al fin. Pero justo antes del aire, desde éste mismo cayó el escupitajo de muerte, de muerte política y de la propia palabra esperanza. ¿Narco? ¿Sospechosismo? Lo que sea, pero nadie ni por su ineficacia política o su presunta corrupción merece ese final tan desafortunado, que por esa misma condición se vuelve inolvidable y le disputa el podio del recuerdo para esta ola de cambio, de ver que la participación ordenada es un ejemplo de que las sociedades sí aprenden de sus errores... y especialmente, que la gente ya empieza a comprender que el color de piel y la calidad humana corren por carriles separados.
No conocí a ninguno de los muertos en el avión; la conocencia política de "los funcionarios" se da por sus hechos. Pero mueren humanos, cercanos, débiles como yo y tú. La aparatosidad duele... y volteas atrás: el cinismo informativo a las muertes en el país, a los descabezados, a las violadas, a los levantados... a las carnitas, como despecivamente lo llamamos en el argot. No vayamos tan lejos: al desprecio de "la sobrecargo, el capitán, el equipo de trabajo, los heridos colaterales de los autos en Periférico y Reforma".
Entonces todo se mezcla.
Entonces todo se te revuelve.
No sabes hacia dónde dirigir tus cuestionamientos.
Vale la pena tener esperanza? En la política, en el amor, en ti mismo, en qué, en qué para no desmoralizarte. En Dios?
Recurrí al diccionario: "estado de ánimo donde es posible lo que deseamos".
Esta noche, millones de estadunidenses están en el mood.
Miles, cientos, algunos, todos los mexicanos, nos sentimos un tanto ultrajados de ese mood.
Yo... quiero pensar que mañana será menos jodido que hoy. Eso es lo que deseo. Lo que quiero que sea posible.
Congratulations, Barack.
So long, Juanca et al.
Respiremos, pues.
7 comments:
Qué decir,mujer.
Comparto tus emociones.
Sobre la esperanza,...pues.., no la pierdas, en aquello que creas.
Me gusta tu forma de escribir,Ceci, mucho:p
Abrazos.
en total desacuerdo con algunas líneas. AV.
pues supongo que yo perdí la esperenza de algunas cosas desde hace mucho... diría que es triste pero la verdad es que el mundo sigue girando y con esperanza o sin ella, todos terminamos en algún lugar... muy chido tu post, perdón por no haberte comentado antes.. la historia está en mi blog pero sino tienes tiempo a resumidas cuentas: me fui a Guatemala por una semana
Hola Ceci hace mucho que no pasaba por aqui debido a la escuela y varios proyectos en los que me encuentro participando, pero lo abro y leo este post al instante me arrepietno de no haber buscado un espacio para visitarlo, me fascino la manera en como escribiste este post, de verdad felicidades!!!!
cecy no me gusta tu trabajo porque ya ni respondes el messenger :( que triste
ya tengo celular yujuuuu.. lueog me pasas tu numero para mensajearte..
y pues si que mala onda lo que paso, pero ya paso...
saludotes
yo creo que si, que vale la pena tener esperanza pero más que en que el mundo cambie, es en lo que yo puedo hacer desde mi trinchera. saludos y me gusto mucho el post!!
El problema es que la esperanza se vuelve desesperanza...el tiempo pasa aunque no exista, hay que preguntarse si logramos distinguir entre realidad o ficción, entonces esperas?
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